Controversia con los vídeo podcasts

Después de mucho tiempo sin prestar atención a los formatos que pueden incluirse como podcasts (y más allá de un nuevo proyecto que se está fraguando y que tiene que ver mucho con los oyentes de este medio de comunicación), me he dado cuenta que existe una controversia con los vídeo podcasts.

Puesta en escena

Los oyentes que llevamos muchos años en esto del podcasting sabemos que antes existían los video podcasts dentro de la gran mayoría de podcasts exclusivos en audio. Eran podcast originales. Originales porque seguían, de aquellas, las directrices de sindicación mediante el mismo feed que un podcast en audio y descargables para verlos dónde, cómo y cuando se quería. Bueno, lo de cómo y dónde tenía que estar supeditado a un reproductor de vídeo. Y, claro está, también se eliminaban situaciones de visionado como conducir, por ejemplo. Pero volviendo a la base, hubo un momento en el que convivían los video podcasts con plataformas de vídeo como Vimeo o la gran Youtube.

Saltemos en el tiempo y veamos la situación actual: los vídeo podcasts son una tendencia y el pastel se lo lleva Youtube. Algunos utilizan redes sociales como Instagram o Tik Tok. Pero la reina de las plataformas de emisión de video podcasts es Youtube. Pero ¿los oyentes nos quedamos sin un cacho de ese pastel llamado video podcasts?

El oyente debe adaptarse también a los tiempos que corren si no quiere perderse contenido. Ya hemos comprobado cómo el feed deja de estar unido intrínsecamente a la definición de pódcast. Es una realidad. Las plataformas han dado un giro y ocultan ese feed para su exclusividad. De esta forma orientan a los oyentes para poder hacer negocios dirigidos y con métricas más objetivas para anunciantes.

La sindicación por feed ahora se redirige a la ambigua palabra «suscripción». Que permite aunar ciertos conceptos como es la propia sindicación o el pago por ella, aunque no siempre necesario.

La controversia

Vale. ¿Y por qué la controversia?. Muy fácil: existe un cambio generacional que no admite este paso necesario según la mercadotecnia de las marcas. Los que han disfrutado del podcasting a la vieja usanza se han visto forzados ante una industria que antes estaba infravalorada y denostada. Antes un pódcast (en audio o vídeo) era producido por frikis que entendían de sonido y vídeo aparte de conocer la informática referida a la distribución de contenidos en internet. Ahora cualquiera puede crear un pódcast con su móvil. Las plataformas lo han ido permitiendo poco a poco para disponer, al fin, de este escenario tan lucrativo.

Hago un inciso: las marcas saben que el impacto de su anuncio es mayor de forma visual y sonora. Teniendo plataformas como Youtube ¿por qué no usar ese medio para completar los pódcast que podrían ser perfectamente sólo de audio?. Y he aquí el porqué de esta tendencia.

El consumidor de podcasts de hace años, cuando se suscribía a un vídeo pódcast lo hacía porque el contenido era dirigido al vídeo. Normalmente consistían en tutoriales. Incluso había vídeo podcasts que se monetizaban mediante el acceso a su feed previa suscripción de pago. Pero su contenido era para verlo sí o sí.

La tendencia actual es una evolución de los directos de los programas de radio. Pero con un problema: que su disfrute en formato audio deja mucho que desear en demasiadas ocasiones. O el audio no se mima o el contenido es mixto. Vamos, que llama a que el oyente vaya a verlo. Unas veces por curiosidad y otras por necesidad. No son todos, menos mal. Pero sí muchos importantes y que generan cierta falsedad sobre lo que es un pódcast.

Además de no cuidar el audio, en otras ocasiones lo que no cuadra es el ritmo. Una entrevista en vídeo es muy distinta disfrutarla si se pasa en audio. Probad a escuchar una película o un documental. Yo lo hago mucho, pero no tiene ni punto de comparación. Mucho micro bueno, pero poco dinamismo o esfuerzo de locución invertidos.

Pero no hay mal para algunos que por bien no venga para otros. Las personas invidentes tienen ahora contenidos de tendencia para ser escuchados. Aunque no de forma tan completa. Porque estos shows en Youtube tienen, al menos, su pódcast de audio en la gran Spotify. Y casi de manera exclusiva. Ahí también se nota la edad de los podcasters. Qué curioso, también, que ahora permitan a todo podcaster (suba o no sus podcasts allí) publicar sus video podcasts.

Conclusiones

Actualmente, los oyentes nos hemos encontrado podcasts para ver, pero que van dirigidos al audio. Pero que es recomendable verlos. Y otros cuyos contenidos sólo en audio son malos en comparación a su contenido completo con el vídeo. Pero otros no. Otros se lo curran y nos tienen contentos hasta para elegir la plataforma de escucha…o llevárnoslos a nuestro podcatcher (gestor de pódcast para los menos doctos).

Más variedad de contenidos pero descuidando la palabra pódcast tal y cómo la conocíamos. No por su definición, sino por el mimo que el podcaster dedicaba en sus producciones. Aún sigo acordándome de aquello que dije hace años sobre que Netflix era a la televisión lo que el podcasting era a la radio. ¡Qué cosas!

¿Escucháis muchos video podcasts? ¿Pensáis también que muchos pierden calidad en formato audio? ¿El feed será al final para un puñado de frikis? ¿Esto mejora o empeora la podcastfera?

[Aquí debajo os dejo el reproductor para escuchar esta entrada en formato sonoro. Si queréis llevaros este formato sonoro a vuestro gestor de podcasts, copiad y pegad el siguiente feed : http://www.lapodcastfera.net/feed ]