In reply to Eove y la preocupación por el sonido de los podcasts

Esta nueva publicación en LaPodcastfera.Net viene motivada por un episodio del pódcast «Al otro lado del micrófono» de nuestro gran referente del podcasting Jorge Marín Nieto (archiconocido como @Eove en el mundo dos punto cero). Su episodio titulado «¿Nos preocupa demasiado la calidad del audio de nuestros podcasts?» está dedicado a una reflexión que tuvo originada por una nefasta edición del audio que acompañaba al vídeo de una noticia de cierta cadena de televisión. Más allá de la mala idea sobre cómo tratar la noticia, Jorge se dio cuenta que, si se escuchaba el sonido de ese vídeo con unos auriculares decentes y no desde la propia televisión, se podía «disfrutar» del ruido de fondo inadecuado de la redacción de noticias.

Repasando la historia reciente

Volviendo un poco atrás en el tiempo, en el periodo pandémico todos los que somos amantes del podcasting nos llevamos las manos a la cabeza al observar (y sufrir) las penosas opciones que utilizaban los grandes medios de comunicación audiovisuales para sobrellevar el teletrabajo. Aparte de, en el caso de medios televisivos, la mala elección de los lugares para tomar la imagen, la iluminación o la colocación de las cámaras, los dispositivos que utilizaban para emitir el sonido de voz solían ser los manos libres de los auriculares que utilizaban con sus móviles. Sí que es verdad que algunos espabilaron y mejoraron con micrófonos dedicados. Pero tras lo sucedido en la catástrofe coronavírica, esa dejadez a la hora de editar un audio para televisión no me sorprende.

Ahora bien, si nos ocupamos de los podcasts exclusivamente…la cosa cambia. Los bien llamados por Jorge «creadores de podcasts» sí creo que deben preocuparse por el sonido de sus episodios. Eso demuestra una preocupación por su público, por sus oyentes. Y los escuchas lo agradecemos mucho. Desde nuestro punto de vista como escuchas de podcasting nos da lo mismo que la plataforma comprima más o menos el audio. Porque si el audio ya ha sido cuidado por el podcaster, ese episodio elegido por el oyente a ser escuchado en esa plataforma va a ser de su agrado de todas formas.

Pero el problema real viene por parte de ese creador de contenidos que ha querido mimar tanto su sonido y se preocupa demasiado por ello. Desde mi punto de vista como oyente, si el podcaster no está de acuerdo con la «manipulación» que puedan sufrir sus audios por parte de ciertas plataformas de podcasting, lo que debería hacer sería restringir su difusión limitando la distribución de sus contenidos a ciertas plataformas. O mejorar esa distribución, muy a su pesar, con un aporte económico para que no sufran demasiada compresión. Y eso sólo en algunos casos. Esa es la realidad. Podemos estar en contra de la manipulación que nos ofrecen las empresas dedicadas al podcasting. Pero es lo que hay.

También os digo algo que he podido comprobar después de compartir muchísimos momentos en persona y virtualmente con un montón de podcasters: la mayoría de los podcasters que les gusta mimar, cuidar, editar sus audios…lo hacen porque disfrutan con ello. Al menos al principio. Al menos cuando es un hobby.

La respuesta a la preocupación por la calidad del audio

Pero voy al «quid» de la cuestión y con lo que estoy de acuerdo en parte con Jorge: sí hay demasiada preocupación por la calidad del audio si eso es una obsesión o un factor limitante a la hora de lanzar un podcast. Y espero que esa obsesión no la sufran todos los podcasters. La palabra clave es DEMASIADA. Ahora me paso al otro lado y me pongo frente al micrófono. Después de estar aprendiendo durante muchos años antes de lanzar mis propios proyectos de podcasting en formato audio (porque esta web es otro de esos proyectos que no ha tenido versión sonora hasta hace bien poco), me he dado cuenta que lo más importante es crear un flujo de trabajo de edición conveniente para tu podcast. Y no obsesionarse. Porque la obsesión cansa y eso se nota en los episodios.

He podido comprobar lo que sucede editando al grabar con buenos y malos micros de solapa, micrófonos de condensador y distintos micrófonos dinámicos. Y cada uno tiene su intríngulis. En la actualidad es relativamente fácil tener un programa decente para su edición. A ver, no me malinterpretéis todos aquellos que os lo curráis o que trabajáis de esto. Que os lo dice alguien que ha estado inmerso en temas de podcasting desde hace más de 18 años. Hay que saber «qué tocar». Pero me refiero que demasiada preocupación tampoco es útil. Al final, lo importante es que ese audio quede como quiere que le guste al podcaster pero cuidando la segunda variable: el oyente.

Al oyente también hay que cuidarlo. Ahora que el podcasting ya está consolidándose en la sociedad, lo que voy a comentar está sesgado. Yo vengo de un proceso de evolución del podcasting en el que primero importaba más el contenido que la calidad de los audios y ahora están parejos. Antes era complicado informarse y/o adquirir herramientas para tener un podcast con cierta calidad de audio. Ahora no. Y si un oyente escucha hoy en día un mal sonido en un pódcast es a causa de dejadez por parte del podcaster o editor del pódcast. Esta deducción por sentido común no mola.

Lo que también tenemos que tener en cuenta es este tránsito generacional actual. En muchas ocasiones ocurre que fallos garrafales de edición (o adecuación mínima del estudio donde se graba el podcasts) no son advertidos al creador de podcasts. O ellos lo ven como variables que no son significativas a la hora de captar o mantener a sus oyentes porque ellos no lo advierten. ¡Ay! ¡ese feedback del oyente de podcasts qué malo es en estos casos!. Y qué bueno para muchas otras situaciones.

El tirón de orejas

Voy a hacer un pequeño paréntesis al respecto para expresar una queja que llevo guardándome para ser publicada aquí desde hace mucho tiempo: estoy harto que haya podcasters que se vanaglorien de su podcast y que parezca que no lo hayan escuchado en su vida por los fallos de edición que tienen. Desde programas que los llaman podcasts por extraer su audio del show que muestran en otras plataformas (y que no, señoras y señores, no es lo mismo ver y escuchar que sólo escuchar) a profesionales que adoptan el formato de videopódcast que está tanto en auge y que luego descuidan el sonido considerablemente con ecos o ruidos de la calle que pueden ser evitados perfectamente. ¡Ale! ¡ya di la pataleta!.

Recuerdo dos artículos de opinión publicados casi al comienzo de este espacio que es LaPodcastfera.Net donde comentaba la importancia del nivel de sonido y el audio del coche como compañero de pruebas para el podcaster. Siempre recomiendo y recomendaré a los creadores de podcasts que utilicen al menos cuatro formas para escuchar su contenido: con dos tipos de auriculares («in-ear», que se introducen bien en la oreja y aíslan del exterior por el sellado del canal auditivo por sus almohadillas, y «on-ear», que sólo descansan en la oreja sin sellar el canal auditivo), mediante los altavoces incluidos en los asistentes virtuales y en el coche. Y, por supuesto, utilizando los auriculares hay que pasearse por distintos escenarios como son las calles de una ciudad y los transportes públicos.

Conclusión

A modo de resumen, estoy de acuerdo con Jorge con que existe quizá una demasiada preocupación por el sonido de los podcasts. En la diversidad está el gusto y los buenos oyentes distinguimos ese esfuerzo extra y ese mimo en las producciones. Pero, amigos creadores de podcasts, no os obsesionéis demasiado.

Espero vuestro feedback, todos vuestros comentarios por el medio que queráis.

Un saludo para todos y ¡que viva el podcasting!.

[Aquí debajo os dejo el reproductor para escuchar esta entrada en formato sonoro]